Alguien alguna vez me dijo que la única forma de olvidar a alguien por completo se describía en una sola palabra; distancia. Las nubes me indicaban que ese no iba a ser una día soleado; más precisamente iba a ser uno de esos días oscuros en donde lo único que se me ocurre hacer es pensar. Caminaba sola; hacia un lugar que no conocía. La gente parecía no verme; sin embargo nunca llego a importarme. Pensé en él, ¿Hacia falta movilizar mi cuerpo para poder sacarlo de mis ojos; mis lagrimas; en fin de mi mente? No tenia en claro que era lo que quería. Una gota me indico que no podía seguir caminando sin rumbo; la vida necesita un rumbo no podía seguir así. Di un giro de 180 grados. Y retome mi camino a casa; retome mi camino a encontrarme a mi misma; retome mi camino hacia la vida. Quería olvidarme de esa alma que tanto me había torturado; quería olvidarme de todos esos recuerdos que alguna vez había prometido nunca olvidar. Siempre supe que no era fácil; pero alguien al oído me dijo que valía la pena intentar.