Siempre hay otra forma de hacer las cosas. Siempre pensé que las cosas cambian; toman su propio rumbo. Pero, ¿Quién soy para decir lo que tengo que hacer? En cierta forma soy “mi dueña”; nadie me dice que hacer; decir y soñar. ¿Qué voy a hacer con mi vida? Claramente, no sé, “lo vas a saber, no te preocupes” me dijeron; ¿Cómo se supone que voy a saber lo que está bien? ¿Cómo diferenciar lo bueno de lo malo? Mi vida; mis decisiones; mi destino; mis rumbos. Sin saber a dónde estoy; a donde voy; y de donde vengo, solo sé que solo tengo que hacer las cosas a mi manera.