Hagamos un borrón y cuenta nueva. Seamos como dos extraños que jamás se cruzaron, dos extraños que sus destinos nunca se han juntado. No puedo pretender que no existes, la memoria queda intacta por más que quiera olvidarte. Por mas que lo intente, no te olvido. Es que no se olvida, sino que se supera, y yo creo que lo estoy haciendo. Admito que te extraño pero ¿qué caso tiene si ya no me amas? Excusas nos separaron pero ya no voy a llorar, no más. El destino lo quiso así, nuestras decisiones influyeron y hoy ya no podemos estar juntos. Las infidelidades no se olvidan, las peleas son inevitables y el amor siempre estuvo en peligro de extinción. Hoy por fin se extinguió por completo, el fuego ya no arde y las cenizas que quedaron son sólo recuerdos felices, los cuales ya no volverán. Quizás sea mejor así, recordar lo bueno e ignorar lo malo a veces duele, pero mejor sería no llorar porque terminó, sino sonreír porque sucedió. Sonreiré al escuchar nuestras canciones, te extrañaré en silencio hasta que mi memoria falle (ruego que lo haga) y ya no te recuerde. Sé que permaneceré en tu cama por las noches cuando no puedas dormir, sé que algún día te invadirá el recuerdo de nuestras tardes juntos y quizás te arrepientas, quizás quieras reparar el daño hecho, quizás me perdones de verdad. Pero quizás ya no quiera, ojalá ya no quiera, no quiero seguir atada a este tren sin frenos, no quiero atarme al ancla porque lo único que hace es hundirse y hundirse, me has hundido.





