El tiempo pasaba y yo cada
día entendía más que dependía de vos. Todo había empezado como una cosa más, una obsesión repentina que se iría con solo
tener paciencia y dejar pasar el tiempo. Pero las cosas iban cambiando, los
sentimientos se fortalecían solamente con mirarte. ¿Cómo llegue? No sé, ¿Cómo me voy a
ir? Tampoco ¿Cómo te iba a olvidar? No tenía idea. Suponía y entendía que hablar
sobre el futuro no tenía sentido. Así como te amaba, sabía que podía odiarte.