El amor no está en el otro, si no en uno mismo. Quizás para la otra persona, cada momento que a vos te pareció maravilloso, sólo fue un momento más; uno de tantos. Quizás cada palabra que convertiste en un tesoro, para la otra persona sólo fuera un conjunto de letras dichas por decir. Quizás nuestro amado no es lo que soñamos que sea, sólo proyectamos en él lo que necesitábamos obtener. Quizás sea mi amor lo que lo hizo único, diferente e insustituible. No existen los amores irremediables, ni las personas únicas. No necesitamos a nadie para poder seguir viviendo.